Estamos rodeados de productos de cuero. Los muebles, los accesorios de moda y los interiores de los automóviles tienen en común el cuero. A pesar de su omnipresencia, el cuero no ha recibido la misma atención en lo que respecta a los riesgos de deforestación en comparación con otros productos básicos como la soja y el aceite de palma. Esto se debe en gran parte a la narrativa engañosa de que el cuero es un producto de desecho de la industria de la carne de vacuno y, por lo tanto, comprar cuero es una forma de reciclaje. Esta narrativa es dañina ya que exime al sector del cuero y a los consumidores de responsabilidades ambientales. En Brasil, la ganadería fue responsable del 75% de la deforestación en la Amazonía en los últimos años. El país tiene el rebaño de ganado más grande del mundo, con 224,6 millones de cabezas de ganado en 2021, y exporta un impresionante 80% de su producción de cuero.
La narrativa de que el cuero es un producto de desecho también supervisa que el cuero representa un mercado multimillonario. Solo en 2021, el mercado de artículos de cuero se valoró en más de 700 mil millones de dólares. El nuevo estudio de Natural Intelligence (NINT) encargado por Rainforest Foundation Norway (RFN) ha mapeado la importancia económica de las pieles y cueros para los mataderos en Brasil a la luz de la nueva regulación de deforestación de la Unión Europea (EUDR) aprobada en diciembre de 2022, que restringe la importación de productos básicos potencialmente vinculados a la deforestación.
En este evento realizado en inglés, los disertantes abordarán los principales insights que trae la publicación, así como los potenciales impactos para inversionistas, emprendedores y sociedad civil.